Doble talento, una sola familia

En el piso recién pulido de una de las canchas del Coliseo Iván De Bedout, se alcanzan a ver las zapatillas idénticas de dos jugadores de la selección masculina de baloncesto de Perú, quienes fácilmente se confunden por su inmenso parecido físico. Y es que el número 24 y el 10 de este equipo, son hermanos gemelos.

Fabrizio y Santiago Hurtado nacieron hace 14 años, el 16 de febrero del 2002, y tan sólo se llevan 58 segundos. Su inicio en el deporte se dio cuando apenas contaban con tres años de edad, pues fue su madre, la señora Nella, quien los impulsó a ser deportistas y a entregarlo todo en la cancha.

Ambos se sienten felices de participar en estos Juegos Sudamericanos Escolares, han disfrutado la ciudad, pero en especial aprecian el hecho de compartir juntos esta experiencia. “Mi hermano es un excelente deportista,  lo deja todo en la cancha y siempre estaré con él para apoyarlo”, dice Santiago mirando a Fabrizio con una gran emoción, quien alcanza a decir acerca de Santi, con voz de orgullo, “él es un gran jugador, siempre que se propone algo lo cumple y en realidad lo admiro mucho en todos los sentidos”.

Aparte del apoyo que se brindan los hermanos Hurtado, cuentan con la compañía de su padre, José Adrián, quién ha asistido a cada partido para gritar “vamos Perú” y a decirles que los ama. “Los dos son muy entregados, ellos viven y sueñan con el basket y de esta dedicación se ven los resultados. Yo como su padre estoy aquí para apoyarlos y lo único que puedo decir es que me siento muy orgulloso de ambos”, manifiesta con una voz inspiradora el padre de los chicos.

Son muchas las esperanzas que tienen estos dos hermanos, la primera es llegar a la final y ganar una medalla dorada y de ahí se ven en adelante como deportistas de alto nivel, pero ante todo quieren ir siempre de la mano cumpliendo sus sueños como hermanos.